Puesta en práctica de las teorías de Keynes.
En la década de los años 20 y 30, en que las teorías económicas
de Keynes empezaban a ganar fama, un número de países, desesperados en
encontrar una vía rápida para paliar los efectos nefastos que se hacían sentir
en aquellos días sobre sus economías, debido a la Primera Guerra Mundial y al
Crack de 1929, se lanzaron a la aventura de servir de aplicar por primera vez
las políticas económicas keynesianas.
Debido también en parte más adelante, a las acertadas
predicciones que hizo sobre Alemania y el tratado de Versalles como explica
magistralmente mi compañero en entradas anteriores.
La Alemania Nazi (a partir de 1933) fue uno de los primeros
países en implementar políticas keynesianas a manos del ministro Schacht.
Hjalmar Schacht |
Alemania trazó un plan de fomento estatal de la industria
privada y de la inversión en gasto público, principalmente dada por la
construcción de grandes obras públicas, en especial carreteras de alta
velocidad que conectarían a todo el país y en la creación, por parte del
Estado, de todas las plazas de empleo que fuere posible y que el sector privado
no lograba proveer, aunque el objetivo final de esta reactivación era el rearme
de Alemania.
Estas medidas resultaron tremendamente exitosas, también se
optó por no devaluar la moneda como estaban haciendo otra gran cantidad de países,
así, sin mover un dedo, la deuda alemana se había reducido.
Demostrando el éxito de estas políticas que no hace falta
una gran riqueza para reactivar la economía de una nación si se aplican las
teorías de Keynes.
Sin embargo, la aplicación alemana no fue demasiado
correcta, en cuanto a fidelidad a Keynes, debido entre otras cosas a que no se
permitía al dinero circular libremente por el país, si no que enseguida se
invertía en más producción.
Por eso nos fijaremos también en el caso estadounidense.
En el trágico contexto del Crack de 1929, el presidente Roosevelt
llevó a cabo el New Deal, un plan económico basado en las ideas de Keynes con 5
puntos principales la agricultura, la industria, la sindicalización, la
política monetaria y la seguridad social.
El espíritu de la obra de Keynes se haya presente de forma
palmaria en las políticas públicas del New Deal, por ejemplo, en el abandono
del patrón oro, el control de las tasas de interés por parte del gobierno o en
la constante la constante lucha contra el desempleo, tratando de llegar lo más
cerca posible al tan ansiado concepto del pleno empleo.
Conceptos keynesianos como la inversión pública en el campo
de las mejoras sociales o el darle un impulso mayor a la inversión del Estado,
cuando los particulares no pueden o no desean arriesgarse son fundamentos del
New Deal.
En resumen, y respecto al panorama internacional y al auge
del socialismo se trataba de reformar el capitalismo logrando un capitalismo “más
humano”, por ejemplo, mediante medidas de solidaridad.
Aunque las medidas del New Deal podamos considerarlas
exitosas, Estados Unidos acabaría volviendo a liberalizarse pasado este
periódo.
Antes de ver el último ejemplo, añadir que durante los años
de guerra, Keynes fue fundamental en las negociaciones que iban a dar forma al
orden económico internacional de la post-guerra. En 1944, dirigió la delegación
británica en la conferencia de Bretton Woods donde jugó un papel importante en
la planificación del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
La aplicación más reciente de las teorías keynesianas la
encontramos de nuevo en Estados Unidos, 2009, durante la presidencia de Barack
Obama, el congreso estadounidense aprobó la Ley de Recuperación y Reinversión
de EE.UU.
Esta ley consistía en un aumento del gasto público en 787.000
millones de dólares. Según la teoría de la administración de Obama este
programa “crearía o salvaría” 3,5 millones de empleos durante los próximos 2
años y evitaría que la tasa de desempleo se ubique por encima de 8,5%.
De hecho, dijeron que
con esta nueva ley de influencia claramente keynesiana el desempleo disminuiría
a 7,25% para fines de 2010. No obstante, el desempleo se mantuvo en 9% o más con
algunas excepciones.
En muchos casos, este estímulo no logró crear empleo, sino
que lo produjo fue el desplazamiento de algunos empleos en el sector privado al
sector público, pudiendo tachar esta ley de un relativo fracaso, y dejándome a
mí personalmente esta pregunta como reflexión final:
¿Será que las aplicaciones de las teorías keynesianas solo
son exitosas cuando se aplican a economías profundamente hundidas con el
objetivo de reflotarlas?
Fuentes:
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