martes, 4 de diciembre de 2018

Pensamiento político-económico de Hayek


Pensamiento político-económico de Hayek

No es pretencioso el decir que a la hora de tratar de Friedrich August Von Hayek, nos encontramos ante uno de los pensadores y teóricos más relevantes del siglo XX y cuya influencia es solo comparable a la de las grandes figuras de la economía. Sus ideas fueron no solo algunas de las aportaciones más importantes al liberalismo de los últimos dos o tres siglos si no tambíen fuente de inspiración para numerosos gobernantes y economistas. Tal fue así que participó durante su vida en varias de las grandes batallas intelectuales del siglo XX.
Una vez teniendo contextualizada la vida y trabajo de Hayek, nos toca adentrarnos en su pensamiento y obras que dividiremos en tres épocas: Juventud y formación académica, adultez y economía técnica y madurez y filosofía social.

Juventud y formación académica:

Si tuviéramos que sintetizar el trabajo de Hayek en una sola frase, yo personalmente lo haría como “un afán incansable por la obtención de una sociedad verdaderamente libre”.
Esto es más que curioso si tenemos en cuenta dos cosas, primero, que Hayek en un primer lugar centró su interés en las ciencias naturales y sociales y, segundo, que comenzó su recorrido económico como defensor del socialismo fabiano, una rama del socialismo no revolucionaria, que apostaba por la aplicación de fundamentos científicos, la planificación del gobierno y el control de la economía mediante la intervención como herramienta para solucionar problemas sociales.


Fue en el hervidero intelectual, a pesar de sus pocas condiciones materiales, de la universidad de Viena donde Hayek sería introducido a la escuela austriaca de economía y al estudio y ampliación de la ideas liberales del siglo XVIII y a la obra Adam Smith. Serían sus escritos sobre el efecto de el libre mercado en la economía y la división del trabajo los que sentarán las bases sobre la que Hayek edificará su pensamiento.
Igualmente, sería la misma escuela austriaca la que ampliará la teoría de Smith comenzando con el innovador libro de Carl Menger “Principios de economía”, donde afirmaba que el valor de cualquier producto dado no está determinado por la cantidad de mano de obra que se insume en hacerlo o por el coste de la producción, si no que era el resultado de los deseos individuales del comprador y el vendedor, pues cada consumidor estimaba que cantidad de su patrimonio estaba dispuesto a intercambiar por el producto o servicio de otro a la vez que el productor determinaba cuánto estaba dispuesto a aceptar por su producto o servicio. De tal modo, el intercambio no tendría lugar si ambas partes no estaban conformes con el acuerdo sobre el precio, es decir, que ambas partes salieran beneficiadas.


Este énfasis en el individuo y en la naturaleza subjetiva de la información económica fue una constante en la escuela austríaca, lo que resultaría en la publicación de una de las obras que fue piedra angular en el trabajo de Hayek “El Socialismo” de Ludwig Von Mises. Esta obra haría que Hayek rechazase tanto las ideas socialistas como las que afirmasen que la intervención estatal podría traer ningún bien a la economía o a la sociedad. Bajo la influencia de la escuela austriaca, Hayek entendería que puede haber orden en económico y social sin la necesidad de un planificador central, ideas que serían el germen tanto de su teoría del “Orden Espontáneo” y de la “División del Conocimiento”.


Adultez y economía técnica:

Así, de la mano de Von Mises, Hayek iniciaría un enfrentamiento intelectual con las principales ideas políticas y económicas del siglo XX. Ambos afirmaban que el un estado socialista era económicamente inviable y por lo tanto socialismo a la práctica era técnicamente imposible.
En 1929 Hayek publicaría su primer libro, Teoría Monetaria y Ciclo Económico, en este libro ampliaba las teorías de la Escuela Austriaca. En el desarrolla la idea de que los precios de los bienes y servicios, incluidas las tasas de interés, son seña de información que son vitales para los planes independientes de los consumidores y los productores. El punto principal del libro de Hayek fue que, generalmente, estas señas de información hacen posibles armónicos y espontáneos ajustes globales dentro de la economía y que por otra parte la intervención por parte del gobierno en la economía, por mínima que fuese podría causar fallos, o como él diría (relacionándolo con su teoría de la división de conocimiento) información distorsionada. Esta información distorsionada llevaría a desajustes en la economía que al intentar corregir otra vez por la intervención únicamente producirían otros desajuste igual o mayor, produciéndose así un efecto de bola de nieve que en última instancia pueden llevar la economía a la ruina.
De manera simplificada, esta teoría, más tarde llamada “División del conocimiento”, afirmaba que en una economía bien ordenada los precios transmiten conocimiento ese conocimiento no debería ser distorsionado por la intervención del gobierno.
Sería justo esta idea la que colocaría a Hayek en el punto de mira del conflicto de las dos tendencias del pensamiento económico: El socialismo y el Keynesianismo.
Para Hayek el conocimiento económico estaba disperso entre los individuos y esto haría imposible cualquier planificación central, lo que haría de la economía algo imposible ya que no habría manera de computar toda la información tanto por su naturaleza subjetiva que a la práctica sólo los individuos podían conocer (Conocimiento de tiempo y lugar), como por la magnitud de la información en sí. Entonces cualquier intento de planificación central sería puramente arbitrario y, lo más probable, destructivo para la prosperidad economía.
Los aportes de Hayek estaban también directamente en desacuerdo con las políticas que estimulantes del consumo. Estas políticas eran el pilar del intervencionismo más moderado de John Maynard Keynes. Por lo tanto Hayek había rechazado las dos tendencias más dominantes en el pensamiento económico. Lo que comenzaría una de las batallas intelectuales más memorables de toda la historia de la economía solo intensificada con el traslado de Hayek a la London School of Economics. Allí sentaría las bases y defendería su teoría del “Orden Espontáneo”.
El Orden Espontáneo afirma que en una sociedad puede haber un gran orden a pesar de que no haya nadie ordenando. Para lograr este orden sería necesario que los precios fluctuaran sin interferencia.

Esto sería la base de la visión económica de Hayek a la vez que era gran parte de su visión política por contraposición pues creía que el que actuar por lo intereses y necesidades de otros en base de información abstracta e imprecisa era un error. Hayek al final consiguió desarrollar de una manera brillante la idea de la “División de trabajo”.
Volvemos entonces al punto central de su pensamiento, que ningún planificador central era capaz de reunir el conocimiento suficiente para poder ofrecer el mismo orden y riqueza que se produce de forma espontánea en un mercado libre. A final de cuentas y entrando en un plano mas sociopolítico, Hayek, afirmaba que el control central sobre las decisiones económicas individuales, conduce inevitablemente al control de lo que se le permite hacer a los individuos y las ideas que se les permite desarrollar o como él mismo citaría posteriormente en El Camino a la Servidumbre “El control de la producción de la riqueza es el control de la vida humana en sí”.
Estas ideas llevaron a Hayek a un prolongado debate con los socialistas de la época en lo que se denominó como “El debate sobre el cálculo socialista”. En el tanto Hayek como Von Mises, seguiría sosteniendo que el socialismo es imposible, esgrimía que debido a las teorías mencionadas anteriormente la capacidad de un estado socialista para decidir qué método de producción era el más eficaz. Estas ideas sin embargo no persuadieron a los pensadores socialistas siendo uno de los mayores ejemplos Oskar Lange, prominente socialista polaco y miembro de la mismísima Escuela Austriaca. Según Lange, Mises hizo un servicio al socialismo señalando la necesidad de perfeccionar el sistema de cálculo económico para que este fuera más cuidadoso, es decir que Mises y Hayek sólo señalaban un problema que los socialistas bien podían resolver. Este argumento fue convincente para la mayoría de académicos y para el público en general, cosa que no era difícil ya que la opinión pública estaba firmemente a favor de un mayor control gubernamental sobre la vida económica y consecuentemente radicalmente en contra de las opiniones de Hayek.
Por otra parte John Maynard Keynes abogaba por que el papel del gobierno era estimular el crecimiento económico.a través de la inflación monetaria y el gasto en la obra pública que como ya hemos visto confrontaba frontalmente con las ideas de Hayek, aunque el debate de estos dos grandes pensadores.


Madurez y filosofía social:

Con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial , Hayek vió como sus temores sobre la sociedad se plasmaron en uno de los conflictos más cruentos de la historia, si no el que más. Hayek afirmaba que estos sucesos no tenían otro desencadenante más que la privación de la libertad misma y la deshumanización de todos los que no se ajustaran a la idea preconcebida de los burócratas de cómo debía ser una sociedad. Afirmó así a diferencia de los socialistas, marxistas y muchos de sus compañeros, que el nazismo no era producto del capitalismo sino su antítesis.
Esta terrible guerra tuvo un efecto muy notable sobre él pues, tras esta, Hayek cambió el enfoque de su investigación de una economía técnica a un plano más filosófico, social y, aunque a este no le gustara tratarlo como tal, político. Fue en este campo donde Hayek haría muchas de sus contribuciones más conocidas e importantes. Fue tras este cambio de enfoque cuando Hayek publicaría el que a la postre fue su libro más famoso Camino a la Servidumbre en el que afirmó que hasta la más leve intervención del gobierno podría desencadenar en última instancia en la imposición del totalitarismo, esta crítica no fue solo dirigida somo ataque al comunismo, el socialismo y la URSS, sino también como advertencia sobre cualquier tipo de intervención estatal. El argumento era parecido al utilizado en su teoría sobre la división del conocimiento, afirmaba que la planificación conduce a consecuencias imprevistas que requerían aún más planificación y, finalmente, a intentos de planificación central y totalitarismo. Pues como él escribiría “Los errores del gobierno se agravan cuando los mismos planificadores que los hicieron tratan luego de corregirlos, dando lugar a más intervención de gobierno. En último instancia, la gente deberá adaptarse al plan de los burócratas, en lugar de ser al revés”. En definitiva, afirmaba que cualquier intento de un gobierno, aún bien intencionado de intervenir en la economía, podría conducir a un desastre. Camino a la servidumbre fue una obra que no dejó indiferente a nadie provocando reacciones a ambos lados de la trinchera intelectual y acunando un éxito monumental en su distribución por todo el globo. Esto llevaría a la postre a que Hayek fuese puesto otra vez bajo crítica por numerosos académicos favorables al socialismo llegando a ser directamente rechazado y tomado como anticientífico por algunos de ellos.

A nivel mundial, las ideas que se impusieron finalmente durante las décadas de los 40 y 50 fueron las Keynesianas pues se creía que si la planificación económica había sido exitosa durante la guerra, esta lo podía ser durante periodos de paz, algo que Hayek rechazó completamente.
Todas estas confrontaciones jugarían un papel negativo en la reputación de Hayek, aún así en 1950 fue invitado por el departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Chicago, donde alejaría sus investigaciones durante un tiempo de la economía y se centraría en otras disciplinas como fueron sus estudios psicológicos y la historia.
Años más tarde en 1960 publicaría otra de sus obras más relevantes, La constitución de la libertad este libro supuso un compendio moderno de las ideas liberales y la importancia de una sociedad libre para la civilización. Así pues, Hayek trajo de vuelta las ideas del liberalismo clásico en términos modernos. Una de estas ideas era que el papel del estado era el de asegurar la libertad y progreso humanos a través del Estado de Derecho a la vez que se esmeró en definir concisamente lo que entendía o no como ley. Para Hayek la ley se basaba en un sistema de prueba y error en el que los principios sociales más efectivos son transmitidos de una generación a la siguiente. Muchas de las leyes o reglas de la sociedad no serían producto de un diseño consciente si no de una evolución cultural que permitió que la mayor parte de las ideas efectivas se transmitieran. Estas leyes serían refinadas por el tiempo, las costumbre, la tradición y la experiencia. Esta idea nos recuerda inevitablemente al Orden Espontáneo que ya se ha tratado, otro ejemplo de cómo el enfoque del conocimiento de Hayek fue holístico, permitiendo unir las diferentes ramas del saber en su obra. Continuando con su trato sobre la ley, Hayek mantenía dos principios respecto a ella. El primero es que estas debían de ser generales, no específicos mandatos centralizados para impedir que se instrumentalicen en la concesión de privilegios pues la verdadera libertad equivale a igualdad ante la ley. En este aspecto Hayek se preocupaba de que los gobiernos erraran, pues creía que confunden ley con legislación. La legislación en el sentido estricto debe limitarse a las ideas generales y no a las órdenes, mandatos dados a grupos particulares para que concedan privilegios a algunos e impongan derechos especiales sobre otros. Lo segundo es que pensaba que las leyes únicamente tienen que decir a los ciudadanos lo que no hacer a fin de evitar daños a terceros. Las leyes determinarán qué estrategias o métodos no se les permitiría utilizar para mejorar su propia situación, pero manteniendo que estos fueran libres de elegir en las opciones y espacios restantes. Aún así Hayek mantenía que los gobiernos tenían que ser capaces de asegurar unos mínimos a la población en campos como la salud, el medio ambiente y la asistencia en caso de desastre pero que deberían ser privatizadas siempre que fuera posible.
Con su obra Legislación, orden y libertad de tres volúmenes (1973, 1976 y 1979) Hayek intentaría expandir los principios mostrados en La constitución de la Libertad. Legislación, orden y libertad  tuvo un alcance arrollador y sustancial importancia. Hayek dedicó cada uno de estos libros a una de las que él denominaba ideas fundamentales sobre la preservación de una sociedad de individuos libres. La primera sería el “orden sin órdenes”, esta era una aclaración de su concepto de orden espontáneo y como se podía originar orden mediante por la coordinación mediante distintos mecanismos de todos los planes de los individuos. Estos mecanismos serían los de transmisión de la información, los mercados, las prácticas consuetudinarias, los valores, el idioma y la tradición.
En el segundo volumen trataría la “Justicia Social”, para Hayek el término Justicia Social no tenía un significado claro y podía ser utilizado simplemente para disfrazar la parcialidad política del usuario. Como un estándar por el cual juzgar la economía era en el mejor de los casos inútil, en el peor, perjudicial ya que oscurece la verdadera naturaleza de Justicia como del Orden Social. Cualquier intento deliberado de corregirla distribución de acuerdo a los principios de Justicia Social serían incompatibles con una sociedad libre, una cosa sería la Justicia social y otra la Distribución Igualitaria. Hayek creía en lo que él denominaba “Justicia Verdadera” que a fin de cuentas era una igualdad de las personas mediante el imperio de la ley. Las diferentes condiciones entre los individuos y los grupos que no son el resultado de interferencia no implica una falta de Justicia Social.
La tercera parte de la trilogía trataba sobre la Democracia y como esta no equivalía directamente a Libertad. El pensaba que el confundir conceptos era algo trágico y le parecía mucho más importante un orden constitucional que limitara el poder del gobierno para interferir con el orden espontáneo de la sociedad. En la medida que la democracia tenga funcionarios gubernamentales responsables de sus acciones, es una parte esencial para que un sistema político funcione. Por esto por sí misma la democracia no es una garantía para la libertad.
El último libro de Hayek La arrogancia fatal fue publicado en 1988, en el hayek advirtió a sus lectores sobre la tentación de suponer que las instituciones sociales y las prácticas heredadas pueden ser simplemente alteradas o abolidas para adaptarse a las necesidades momentáneas de los aspirantes a reformadores.
Todas estas obras tuvieron una influencia enorme a nivel internacional tanto como pensador liberal y conservador, llegando a asesorar a diferentes gobiernos en sus políticas económicas tras la vuelta del liberalismo económico en los años 70. Entre las dos figuras más notables están Margaret Thatcher (a quien inspiró fuertemente) y a Augusto Pinochet  aunque su influencia y su contacto no fue especialmente fuerte, limitándose más bien a entrevistas. También se deja ver su sombra en la constitución chilena de 1980.
Ronald Reagan afirmó que junto con Milton Friedman era de las personas que más habían influido en el filosóficamente. También tuvo una fuerte influencia en la revolución de terciopelo y en las reformas que pusieron en práctica los países de Europa del Este en sus últimos años de comunismo.



Friedrich Hayek ha sido una de las personas que más fueron escuchadas durante el pasado siglo, hay quien ha llegado a decir que es el Marx del siglo XX. Se puede estar en desacuerdo con Hayek, pero es innegable la profundidad de su análisis y su forma de dar una nueva perspectiva a las teorías neoclásicas.

Autor: Raúl Pérez Abarca

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