martes, 4 de diciembre de 2018

Hayek vs Keynes en la actualidad




Tras haber analizado el recorrido biográfico y personal de estas dos eminencias del campo de la economía, es hora de analizar cómo sus ideas han dado forma a la actualidad.
Haciendo un repaso de la práctica de cómo las ideas de ambos se han llevado a la práctica, vemos el auge de las ideas de Keynes en 1936 como respuesta a la Gran Recesión de 1929.  En este momento las ideas de Keynes gozaban de gran popularidad entre la población y sus dirigentes por lo que se aplicaron alrededor de todo el globo. 

Posteriormente los principios del keynesianismo fueron aplicados de una u otra manera en gran parte de los Estados occidentales desde el final de la Segunda Guerra Mundialhasta que en los años '70 un nuevo tipo de crisis llevó a su cuestionamiento​ y el resurgimiento de aproximaciones clásicas bajo el neoliberalismo.

Por otra parte, las ideas hayekianas no tendrían su momento hasta años después. Coincidiendo con el fin de la década de los 60 y tras la enorme inflación, las ideas de Hayek y sus defensores como Milton Friedman aumentaron su influencia en numerosos gobiernos como el Chile de Pinochet, los Estados Unidos de Reagan o, el mayor ejemplo, en el Reino Unido de Thatcher.

Pero la realidad es que en la actualidad ninguna de las corrientes ha conseguido imponerse sobre la otra y de hecho, revivimos este debate hace apenas unos años 

En 2007, el mercado de las hipotecas de alto riesgo empezó a desmoronarse, lo que indicaba que el experimento de varias décadas de duración consistente en permitir que unos mercados apenas controlados generarán crecimiento y prosperidad había fracasado.

Los países más desarrollados del planeta, agrupados en torno al G-20, pusieron en marcha amplios y extensos planes de estímulo (gasto público) con el ilusorio fin de impulsar la ansiada recuperación económica.
Su aplicación se concentró fundamentalmente en 2008 y 2009, al menos en lo que se refiere a la zona euro. Posteriormente, y sólo tras el estallido de la crisis de deuda soberana en 2010, los gobiernos se vieron forzados a dar marcha atrás, frenando en gran medida la extensión de tales estímulos ante el riesgo inminente de quiebra por parte de algunos países.
El aumento en el déficit fiscal promovido por la administración Obama, llegó a ser cercano al 10% del PIB en 2009 y superior al 8% en 2010 y 2011 lo cual fue crucial para superar la crisis en EEUU.

Por entonces, sin embargo, la vieja lucha ideológica había resurgido. Tras apenas un silencio de varias décadas, volvió a estallar la vieja polémica de Keynes y Hayek. Era como si los 80 años transcurridos no hubiesen pasado. 

Así pues, de la mano del resurgimiento del debate, hubo un resurgimiento en el interés por las ideas de ambas corrientes. Muchos apuntaban que lo sucedido se explicaba en la explicación hayekiana de los ciclos de inflación/burbuja y quiebra/pinchazo, pues afirmaban que los modelos de riesgo basados ​​en datos basados ​​en patrones que se repetían en los mercados financieros de manera predecible fueron apoyados por la regulación. Estos modelos fueron adoptados ampliamente en todo el mundo. Y, cuando estos fallaron, todo el mundo financiero, alentado por la regulación a adoptar el mismo enfoque para la gestión del riesgo y la configuración del capital, se desmorona al mismo tiempo.

Así desde la perspectiva Hayekiana la intervención en los mercados había sido la causante de
de la transmisión errónea de la información económica lo que provocó un desajuste a nivel global, debido a los macro-modelos económicos que habían propuesto las instituciones a nivel global.



En resumen, el legado científico de Keynes está plasmado en las instituciones de los estados modernos, en la estructura que adquirió el estudio y la práctica de la ciencia económica y en el saber común acerca del funcionamiento de la economía de mercado. Los economistas e intelectuales que apuestan por tomar un giro a las políticas de Hayek apuntan a las mismas instituciones como parte del problema, pues estas habrían derrumbado la confianza y la reputación del mercado con sus regulaciones al contrario de lo que propone Hayek.

En definitiva Hayek, o mejor dicho los hayekianos, aportan un punto de vista crítico sobre la situación actual colocando el foco del problema sobre el intervencionismo que siempre han repudiado.

Como conclusión final vemos como el debate se eterniza a falta de que se abra un nuevo camino para resolver estos problemas. Aquel brillante economista que lo consiga tendrá más que asegurado un Premio Novel con su nombre. Puede que solo así seamos capaz de trascender los grandes pensadores del siglo XX como Hayek y Keynes.



Raúl Pérez Abarca.
Adrián Saúl Sánchez Garda.
Francesc Saldaña Llatser.
Alejandro Rocamora Fernandez.

Fuentes consultadas:


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